Perro mi querido perro...
Pues este 11 de diciembre pasado, conmemore el segundo aniversario de la muerte de mi querido perro.
Quisiera escribir algo bonito sobre el, pero no puedo, termináis llorando...
Mejor escribiré algo de lo que fue su vida:
Mi perro llego, en el momento perfecto, en mi solitaria niñez, lo llevaron a la casa casi como exiliado; sus dueños anteriores lo regalaban por que era un maldito destructor (por eso su nombre, dicho sea de paso, se llamaba Taz, como el de las caricaturas, solo que era su nombre de pila, yo lo llamaba como se me ocurría).
Entonces lo llevaron, pero como era un destructor de hogares, lo teníamos amarrado en el patio y yo le tenia miedo.
Una día, se soltó de su correa y me vio, y lo vi, y me persiguió por toda la casa hasta que me arrinconó en una esquina; creí que iba a morderme o a matarme, pero solo me miró, entonces le dije: "Por favor perro, no me muerdas y juro que siempre te cuidaré".
Y cumplió su palabra y yo cumplí la mía.
Desde ese día nos volvimos inseparables, eramos como hermanos, era mi mejor amigo, mi cómplice y gurda espaldas y yo era su mayordomo, cuidador, juguete, y su chivo expiatorio.
Nunca supe su secreto para soltarse de todas las correas y cadenas que se pusieron, era un especialista en eso, en ser libre.
Siempre encontró la manera de escapar, y siempre creíamos que nunca mas lo veríamos, pero no, siempre volvía; sucio, apestoso, golpeado, pero volvía.
Nunca me separe de su lado y el nunca de mi, cuando me enfermaba me cuidaba todo el día, cuando llegaba de la calle me saludaba alegre, cuando creía que dormía demasiado me despertaba.
En fin, eramos inseparables, solo la escuela me hizo descuidarlo un poco, pero cuando un accidente le partió la oreja, le prometí que nunca mas lo dejaría solo, y así lo hice, hasta su ultimo día.
Se que yo debía estar ahí con el en su ultimo momento en este mundo, como el estuvo siempre conmigo.
Y lo vi partir, y fue el día mas triste de mi vida...
Descansa en paz, querido Perro, se que algún día me guiarás en el otro mundo...
Quisiera escribir algo bonito sobre el, pero no puedo, termináis llorando...
Mejor escribiré algo de lo que fue su vida:
Mi perro llego, en el momento perfecto, en mi solitaria niñez, lo llevaron a la casa casi como exiliado; sus dueños anteriores lo regalaban por que era un maldito destructor (por eso su nombre, dicho sea de paso, se llamaba Taz, como el de las caricaturas, solo que era su nombre de pila, yo lo llamaba como se me ocurría).
Entonces lo llevaron, pero como era un destructor de hogares, lo teníamos amarrado en el patio y yo le tenia miedo.
Una día, se soltó de su correa y me vio, y lo vi, y me persiguió por toda la casa hasta que me arrinconó en una esquina; creí que iba a morderme o a matarme, pero solo me miró, entonces le dije: "Por favor perro, no me muerdas y juro que siempre te cuidaré".
Y cumplió su palabra y yo cumplí la mía.
Desde ese día nos volvimos inseparables, eramos como hermanos, era mi mejor amigo, mi cómplice y gurda espaldas y yo era su mayordomo, cuidador, juguete, y su chivo expiatorio.
Nunca supe su secreto para soltarse de todas las correas y cadenas que se pusieron, era un especialista en eso, en ser libre.
Siempre encontró la manera de escapar, y siempre creíamos que nunca mas lo veríamos, pero no, siempre volvía; sucio, apestoso, golpeado, pero volvía.
Nunca me separe de su lado y el nunca de mi, cuando me enfermaba me cuidaba todo el día, cuando llegaba de la calle me saludaba alegre, cuando creía que dormía demasiado me despertaba.
En fin, eramos inseparables, solo la escuela me hizo descuidarlo un poco, pero cuando un accidente le partió la oreja, le prometí que nunca mas lo dejaría solo, y así lo hice, hasta su ultimo día.
Se que yo debía estar ahí con el en su ultimo momento en este mundo, como el estuvo siempre conmigo.
Y lo vi partir, y fue el día mas triste de mi vida...
Descansa en paz, querido Perro, se que algún día me guiarás en el otro mundo...
Comentarios
Publicar un comentario
Comenta lo que quieras! Pero no pongas datos personales porque te los chingo. Digo... nada.